El día 23 era una fecha señalada en el calendario tecnológico en la que Samsung daría explicaciones sobre cuáles eran los problemas que causaban que el Note 7 "explotara".
Pues bien, resulta que el Note 7 tenía 2 tipos de batería, los dos con fallos:
- Tipo A: Las esquinas de la batería eran curvadas y los electrodos negativos de la misma se acababan doblando siguiendo la forma de la curvatura. Este podría ser el modelo inicial de batería que llevaban la primera generación de Note 7.
- Tipo B: Este tipo de baterías no tenían ningún problema a nivel de diseño, sino que a causa de un mal proceso de fabricación tenía pequeñas dobladuras que provocaban que los elementos internos no tuvieran espacio y acabaran rompiendo la carcasa de la batería. Este podría ser el modelo que llevaban los Note 7 que remplazaban los defectuosos y por culpa de una producción exageradamente rápida tendrían problemas de producción, cosa que significaría que no todos estarían afectados.
Samsung quiere asegurarse de que esto no vuelva a pasar, para ello, ha presentado los controles que pasarán las futuras baterías (más exhaustivos que los que exige la ley):
- Test de duración en condiciones adversas
- Test de inspección visual
- Test de Rayos X
- Test de ciclo de carga
- Test TVOC
- Test de desensamblado
- Test de uso acelerado
- Test AOCV
Todo esto provocará que la llegada del S8 se retrase, quizá el terminal está listo... pero no la batería.
Antes de acabar os dejamos con el vídeo que Samsung ha colgado en la red:
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